Degustar un cocido de Lalín, si se hace como mandan los cánones -en buena compañía y con una sobremesa prolongada- constituye en sí misma una experiencia turística de lo más placentera. Y en Lalín puede disfrutarse del mejor cocido en casi una treintena de restaurantes. ¡Por algo estamos en la capital mundial del cocido!

Hace ya mucho tiempo que para Lalín el cocido ha dejado de ser solo un plato de comida tradicional y ha pasado a convertirse en uno de sus principales atractivos turísticos y en un factor de desarrollo endógeno, muy vinculado a la realidad económica, rural y agroganadera del municipio. El origen de este exitoso binomio turístico que conforman Lalín y el cocido se remonta al año 1968, cuando los alcaldes de los seis ayuntamientos que componen la Comarca de Deza

(Lalín, Silleda, Vila de Cruces, Agolada, Rodeiro y Dozón) se reunieron para idear una estrategia de difusión y comercialización de los productos relacionados con la gastronomía típica de la zona. Fue al año siguiente cuando uno de ellos, el Concello de Lalín, decidió llevar a la práctica las ideas surgidas en aquel primer encuentro a través de la creación de la Feria del Cocido, que celebraría en 1969 su primera edición.

Reconocimiento internacional 

Desde entonces, la Feria del Cocido de Lalín no ha dejado de crecer y enriquecerse hasta convertirse en uno de los principales referentes gastronómicos de Galicia y en una cita ineludible el domingo anterior al domingo de Carnaval. Esta evolución le reportó a comienzos de 2020 el reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Internacional por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Pero ¿por qué triunfa tanto el cocido de Lalín? Quizá no se deba a un único factor, sino que hay múltiples razones que han contribuido desde hace décadas a posicionar este plato de carácter popular en la cima de la gastronomía gallega y nacional, pero posiblemente tres de ellas sobresalen por encima de las demás:

  • Una acertada estrategia de difusión y un esfuerzo promocional continuo durante más de medio siglo.
  • La conexión entre el sector agroganadero local, como productor de materias primas de máxima calidad, y el sector de la restauración.
  • Una generación de cocineras/os que han sabido aprovechar el conocimiento herededado de la tradición de los fogones y modernizarlo hasta elevar el cocido a una nueva dimensión culinaria.

Además, otro factor que mejora notablemente la experiencia gastronómica de visitar Lalín para degustar su típico cocido es que puede enriquecerse con otro tipo de actividades complementarias, como una jornada de compras en el comercio local; una visita al Museo Municipal Ramón María Aller, al Pazo de Liñares o al Museo Etnográfico Casa do Patrón; un paseo por la Fraga de Catasós, etc.

Opciones para todos
los gustos y bolsillos

A rebufo del tirón turístico del cocido, en Lalín conviven más de una veintena de restaurantes que han convertido este plato en uno de los principales reclamos de su carta, no solo durante el tradicional Mes del Cocido -del 14 de enero al 14 de febrero, de San Mauro a San Valentín, Mes del Cocido en Lalín-, sino cada vez de una forma más desestacionalizada a lo largo de todo el año. Esta variedad se traduce no solo en precios aptos para todos los bolsillos -desde 18 euros en adelante-, sino también en la posibilidad de elegir establecimientos situados en el centro urbano u otros más alejados, en un entorno completamente rural.